miércoles, 31 de octubre de 2012

Feliz Halloween

La verdad es que yo no soy muy de pícnic. Bueno, no era. Siempre nos he imaginado en plan anuncio de Timotei, jugando y riendo con mis niñas en mitad de un campo de amapolas. Las tres con nuestras melenas castañas claras al viento, mientras papá nos mira embobado al tiempo que prepara unas limonadas fresquitas para sus princesas de sonrisas perfectas. Entonces lo veo claro: necesito con urgencia una maleta de mimbre forrada con un crepé de cuadros rojos y blancos. Necesito también cantimploras, termos, neveras pequeñas, neveras para cupcakes rellenos de frambuesas, una vajilla de porcelana irrompible (en Ikea hay, seguro), vasos con motivos florales, un vestido vaporoso y primaveral de la talla 38 (nadie ha dicho que vaya a ir mañana mismo al campo), dos vestidos vaporosos y primaverales tallas 1 y 3 años, diademas a juego, alpargatas a juego... bueno, pues eso, lo normal.Y entonces lo vuelvo a ver claro: o vamos de pícnic un día o comemos treinta. Hasta ahora siempre ganaba la última opción porque en casa tenemos costumbre de almorzar, más o menos cada día pero claro, llegó Rebeca con su picnic familiar de Halloween y se fastidió todo.
- "Nena, no te olvides de que los papás también tenemos que disfrazarnos! y no vale ponerse una nariz pegada a unas gafas que os conozco, eh? Lo vamos a pasar de miedo, jijijijiji."
Yo le reí el chiste porque la pobre, quieras que no, le pone intención y porque además mato por su tarta de manzanas caramelizadas y tengo que hacerme este año con la receta como sea.
Como digo, se fastidió todo: adiós a mis vestidos vaporosos y primaverales y hola a unos horrorosos disfraces metemiedo.
Decidida a seguir los pasos de mi psicoanalista, convierto mis pensamientos negativos en positivos regalándome una tarde de compras compulsivas (¿podrá comer sopas de sobre un bebé de siete meses?). Me hago con una cesta de mimbre preciosa que tuneo poniéndole una pegatina de calabacita sonriente tal y como proponen en el blog de glamourhastaenelbaño. La acompaño con una vajilla de cartón en tonos morados y negros, unas copas con colmillos de vampiro de quita y pon y unas veinte botellas de Benjamín Freixenet Carta Nevada (este blog me tiene comido el seso).
Para papá un disfraz de Brad Pitt, bueno de Louis en Entrevista con el vampiro. Todo chorreras y melena rubicunda. Me costó horrores encontrar uno así de elegante, aunque a punto estuve de comprar uno de cuero que venía con fusta y esposas, más que nada por comprar algo ponible, que luego pasa como con el vestido de novia que solo se vuelve a usar cuando te lo pide tu primo para salir en carnavales. Al final me decanté por el de Brad porque empiezo a estar un poquito saturada de todo lo que tenga que ver con Grey. Eso y que no veo yo a mi querido encuerado en un picnic familiar. 
Para mis herederas tiré la casa por la ventana: dos disfraces de Tábata con incrustaciones de Swarovski en la falda de tul, en la varita y en los zapatos. Ideales.
Y mami, pues no podía ser de otra manera: disfraz de Samantha. Hago lo que sea por lucir cardado cincuentero. 
Así sí, así hago yo un pícnic en noviembre! Así si celebro yo esta fiesta tan nuestra como es Halloween! Así da gusto. Y así, feliz y contenta, cargada de bolsas y caminando sobre mis negros y afilados tacones, me encaminé hacia el hogar dispuesta a sorprender a mis tres amores. No habría amapolas ni limonadas, sobre todo no habría juegos entre las tres porque una no para de chillar y llorar por unos gases la mar de incómodos y la otra hace lo propio para acompañarla en el sentimiento y reclamar su dosis de brazos de paso. Pero gracias a Rebeca y a su picnic familiar, por fin he reunido la mitad de lo que necesito para celebrar un día de pícnic bajo un sol estupendo el año que viene, cuando pueda por fin ponerme el precioso y vapoporoso vestido primaveral de la treinta y ocho.

5 comentarios:

  1. Jajaja ya lo vas asimilando Samanta, es que es pa quererte!

    ResponderEliminar
  2. Je je je ¡¡¡es muy gracioso!!! Por cierto ¿quién es Tábata?

    Como siempre genial, yo espero que dentro de un tiempito uniendo tus entradas tengamos la novela!!!

    ResponderEliminar
  3. Es la hijita de Samantha, la bruja que hacìa magia moviendo la nariz en plan coneja. No te hagas la joven que solo te saco dos meses y medio!!
    Ais Anita, la novela para cuando vayan al cole... o se casen!!

    ResponderEliminar
  4. Una vez releída la historia, puedo comentarte que es fantástico como todos y que me encanta imaginar a Pedro encuerado sentado tranquilamente en el mantel de cuadros rojos y blancos y hablando seriamente de cualquier tema con gorra y pantaloneras de tanga al aire incluidos. Eres genial amiga!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajajaja de verdad que te encanta imaginártelo así?? tendremos que hablar muuy seriamente entonces ;P

      Eliminar