viernes, 11 de enero de 2013

La sustituta

Una vez superada la resaca navideña (es un decir, no me he tomado ni un triste catycola), me dispuse a poner orden en mi hogar, dulce hogar.
-"Bueno cariño, ahora tendrás tiempo de sobra! Con ese regalazo que te han traído los Reyes..."- me dijo mi querido mientras me perforaba un pulmón a base de codazos.
Yo asentí con esa mirada de medio mujer- medio abuela que se me ha puesto con los años y me fui derecha a la cocina dispuesta a enfrentarme al nuevo miembro de la familia: la termomix.
Recuerdo que una tarde, hace un par de meses, la mencioné por casualidad después de haberme pasado toda la comida escuchando a mis amigas hablar de ella.
- "¡Es que sólo le falta hablar! Yo me meto en la cocina el domingo por la tarde y a las once de la noche tengo potitos para toda la semana. Y te hace un salmorejo que riétete tú de mi vecina la cordobesa"- decía una.
- "Pues yo a Ricardo ahora le llamo Chicote. ¡Se ha convertido en un termorepostero magnífico! Claro, luego acaba comiéndose el tiramisú entero mientras descansa de la cocina viendo Homeland... Vamos, Chicote por los cuatro costados!"- contaba la otra.
- "¿Y qué me decís del Varoma? En una palabra: IN-DIS-PEN-SA-BLE"- continuaba a voces Raquel desde la puerta del baño.
Una tras otra enumeraban las múltiples ventajas del aparato. Yo, amante de montar las claras a golpe de varilla, aprovechaba para llenarme la copa más a menudo que las demás. Cuando llegué a casa me topé de frente con dos lavadoras sin tender, el lavavajillas sin poner, cuatro camas sin hacer, además de a un marido y dos hijas poseídos por el espíritu de Dalí llenando de pintura de dedos hasta el techo. A mi cabeza rellena de albariño no le quedó otra que explotar con las típicas frases que todas las madres han dicho a lo largo de la historia y que no pienso repetir aquí no vaya a ser que me lea el defensor del menor y me retiren el título de madre. Una vez desahogada, les retiré el pelo de la cara a mis niñas (como todas las madres han hecho a lo largo de la historia) y me fuí del salón soltando la única frase que quedó retenida en el cerebro masculino de mi querido esposo masculino: " y ni siquiera tengo una termomix que me haga la comida mientras yo me tomo un vermut como una reina en la terraza!".
Y allí estaba Ella, en MI cocina, decidida a llevarse todos los halagos de MI familia, dispuesta a sustituirme en el corazón de mis seres queridos. Ahora todo el mérito sería suyo, todos los reconocimientos para Ella. Ya estaba viendo a mi querido dándole besos furtivos, agradecido por el placer proporcionado... Escuchaba incluso a mi madre alardeando de nietas perfectamente nutridas gracias a Ella... me veía a mí misma incinerando a mis amadas varillas y tirando sus cenizas al Báltico desde la tierra sueca que las vio nacer.
He tardado cinco días en ponerla en marcha. Para el carnet de conducir necesité treinta y cinco clases y puedo asegurar que el Fiat Punto en el que aprendí tenía menos de la mitad de botones.
Pero al final, ocurrió. La encendí... y me gustó. Me gustó tanto que no hago otra cosa que leer blogs de cocina con termomix, tanto que no paro de experimentar platos como una loca hambrienta, tanto que hablo más con mis amigas ahora que cuando íbamos al instituto, tanto... que no tengo tiempo de poner en orden la casa. Eso sí, tengo el congelador que no cabe ni un alfiler.
Lo tengo claro: no vuelvo a beber.

8 comentarios:

  1. Hasta para Ella tienes una entrada!!! Si es que eres maravillosa!!! Cuanto ingenio sin explotar!!!
    No te preocupes por los méritos, siempre serán tuyos, sino quien se los otorgue a Ella que me la deje a mi y luego compare, ya verás como no lo vuelve a decir!!!!!
    Por cierto... para cuando el hacerme algo con o sin Ella? Y escribir para mi??

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    1. Con ella en cuantito piséis Sevilla. Sin ella, en cuantito pisemos Badajoz. Lo de escribir para ti me lo tienes que definir; a cuánto la palabra? ;P

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  2. jajajaja. Me encanta y me siento totalmente identificada. Gracias por otro buen ratito. Un besote grande

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    1. Anita al final no nos hemos visto! No he visto a nadie estas Navidades, desastre total :( Para la próxima, vale? Gracias princesa!!

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  3. Ejem... ¿¿¿Dices no paras de hablar con tus amigas del instituto??? No con todas... ; ) Muy bueno, como siempre me he reído un montón y disfruto muchísimo leyendo lo que escribes ¡¡¡guapa!!!

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    1. Ay Anita, tendrás noticias mías muy pronto ;p Te quiero taaaaaaaaaaaaanto!!!

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  4. Aunque sinceramente he de decirte que no te hacia falta...ohhhhhh!!!!!

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    1. Pues no, no me hacía falta porque así no hay quien se ponga a dieta jamás!! Besito gordo para mi otra niña preciosa

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