viernes, 11 de enero de 2013

Un misterio por Navidad


                                                                                                                   Por Bego Guerrero
                                                                                                                   Ilustrado por Inés Otero                                                               



                            Para Álvaro y Carlota, para que sigáis riendo juntos toda la vida.




- Yo cuando sea mayor voy a ser mago- contaba Álvaro a su prima Carlota mientras desayunaban.
Era Navidad. Estaban sentados mirando caer la nieve por la ventana, abrigados dentro de sus pijamas calentitos y comiendo churros a puñados.
-Pues yo voy a ser detective… detective de casos mágicos- contestó ella muy orgullosa por haber logrado asombrar a su primo.
Pasaron la mañana disfrazándose de duende y de hada, de papá y de mamá, de príncipe y princesa… fueron todo risas, carcajadas, gritos de felicidad.



No pararon de corretear por la casa emocionados con sus ropas y sus juegos. Pero de repente, algo les hizo callar. “ Plas, plas, plas”- se escuchó.
-Shhhh, calla Álvaro, no te muevas, shhhhh.
Y de nuevo el mismo ruido: “Plas, plas, plas

Álvaro cogió a su prima de la mano para que no tuviera miedo. Ella se la apretó fuerte y se llevó su dedo índice a los labios despacito.- “Shhhhh”, le repitió.

“Plas, plas, plas”.
Los dos se miraron y cómplices, se sonrieron. Carlota fue a buscar su lupa de detective y Álvaro hizo lo mismo con su sombrero de mago. Era un auténtico misterio mágico que juntos podrían resolver.


Muy despacio y de puntillas, recorrieron la casa siguiendo el misterioso ruido. Pronto se dieron cuenta de que provenía de la habitación de Álvaro y entraron con mucho cuidado, despacio, intrigados a más no poder.
Carlota miraba con su lupa por todos los rincones.
“Plas, plas, plas”- se oía cada vez más alto.
Álvaro puso su sombrero de copa sobre la cama aún sin hacer y comenzó a recitar sus palabras mágicas:
-Abracadabra Pata de Cabra, aparece sigiloso, ruido misterioso
Carlota se rió al escucharlo.
-Abracadabra Pata de Cabra, aparece sigiloso, ruido misterioso- continuaba Álvaro cada vez más concentrado.

Y de nuevo el sonido “Plas, plas, plas”. Carlota con su lupa, Álvaro con su magia… hasta que de pronto, de debajo de la cama vieron salir una pequeña luz que poco a poco se fue haciendo más grande… y más… y más.
No parpadearon, no se movieron. Se quedaron muy quietos y sin mover ni un pelo.
Y la luz se fue apagando y de ella vieron salir a un pequeño hombrecito que los miraba sonriendo.
Tenía las orejas muy largas y puntiagudas, un sombrero rojo con una gran hebilla dorada a un lado y los ojos del color del chocolate. Era menudo, muy pequeño, más pequeño que Paloma, la hermanita de Carlota que los seguía gateando por toda la casa.
El hombrecito llevaba en una mano una libreta de hojas doradas y en la otra un rotulador azul. Tenía una sonrisa tierna, amable, cálida.
- Hola- les dijo. Me llamo Antoñito… y soy un duende de la Navidad.
- ¿Un duende de la Navidad?- dijeron los dos al unísono.
-Sí, eso he dicho pequeños comedores de churros!- contestó el duendecillo con una sonrisa- y he venido porque estáis tardando mucho.
Los niños le miraban asombrados, No entendían nada. ¿Estaban tardando? ¿En qué?
-A ver – continuó el duendecillo como si hubiese adivinado sus pensamientos- ¿qué día es hoy?
-Hoy es 24 de decembre- se apresuró a contestar Carlota
-Muy bien, señorita detective- dijo el duende- ¿Y cuántos días faltan para que los Reyes Magos os dejen regalos bajo el árbol de Navidad?
-¡Muchos!- contestó esta vez Álvaro
-No, muchos no, faltan muy pocos y resulta que a estas alturas… ninguno de los dos le ha escrito la carta a los Reyes!- dijo el duendecillo algo enfadado-
El duende les contó que por eso estaba allí, que les escuchaba en secreto para poder contarle a los Reyes los regalos que más les gustaría recibir. Les contó también que no había podido apuntar nada porque se habían llevado todo el día sin darle ni una pista.
- De manera que os lo pregunto directamente: ¿qué queréis que os traigan los Reyes Magos?
Álvaro y Carlota se miraron, ellos lo tenían muy claro. Se lo pasaban tan bien los dos juntos, eran tan felices corriendo de un lado a otro imaginando ser dinosaurios, tigres o elefantes, se reían tanto bailando sin parar cualquier canción que se les ocurrieran, que no lo dudaron:
- De regalo queremos… más tiempo juntos. Eso es lo que más nos gustaría en el mundo entero.
El duendecillo sonrió y lo apuntó en su libreta de hojas doradas. La cerró y comenzó a envolverse de nuevo en la luz. Su trabajo ya había terminado. Y cuando ya se estaba haciendo aún más pequeño y más luminoso, Álvaro lo llamó.
- Un momento duende, ¿puedo preguntarte una cosa?
- ¡Qué sea rápida!- contestó el hombrecillo
- Ese ruido que escuchábamos, ¿cómo lo hacías?

El duende volvió a sonreír y juntando las manos, comenzó a aplaudir “Plas, plas, plas”.
- Eran aplausos, aplaudía vuestro juego, vuestro cariño, vuestra imaginación. Aplaudía porque aunque viváis lejos y no os podáis ver cada día, los dos sabéis que cada momento juntos… es mágico.
Álvaro y Carlota sonrieron, dejaron sobre la cama su lupa y su sombrero y volvieron a la cocina en busca de más churros. Paloma, gateando, los seguía deseosa de que llegara el día en que ella pudiera participar con ellos de cada aventura. Y el duende lo apuntó también en su libreta.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado…
Y mis niños pequeñitos,
dormiditos se han quedado.





10 comentarios:

  1. ... y la consu gorriona, cual pavo orgulloso se ha hinchado ;) FIN

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  2. He llorado y todo. Madre mia Begoña, qué cuento mas preciosisimo!
    Me ha encantado! Que suerte tener una madre y una tia que escriba historias tan bonitas como esta. Enhorabuena!!

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    1. Suerte la mía por tenerte a ti tan cerca, aunque estemos a 300 laaaaaaaaaargos kilómetros ;p Un besazo

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  3. Bego que te voy a decir yo.... pues que eres una artista ^-^ Me ha encantado. Ahhh enhorabuena también a la ilustradora jeje


    Un besote

    P.D: Espero que las migrañas vayan desapareciendo de nuestras vidas

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    1. Muchas gracias, compi migrañera ;) Me hace muuuuuuuuuuuuuucha ilusión que te guste, que tú entiendes de esto!! Un beso gordo, Vane!! Y a esa, ni nombrarla!!!

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  4. Muchas gracias :D es muy fácil inspirarse con un cuento tan preciosérrimo... qué decir, que me superencanta!!!

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    1. Ay bruji, qué regalo más precioso le has hecho a mis niños... Prometo recompensa lúdicogastronómica ;P Un beso para mi socia artista!!!

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  5. De nuevo he vuelto a leerlo, y me encanta!! sobre todo en la dulzura que se transmite...y conociendo a los personajillos mas me gusta que tengan un recuerdo taaaan bonito.
    PD: quiero lo mismo con los mios!!!
    esther

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    1. Los tuyos tendrán su cuento desde el minuto uno que estén en tu barriguita (igual desde el uno no, pero en cuantito me entere, seguro). Gracias, princesa :)

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