lunes, 12 de agosto de 2013

Soy ex

Yo siempre he sido una mujer maniática a la hora de comenzar cualquier proyecto en la vida. Mi manía no es otra que la de hacer coincidir el inicio de la nueva empresa con un día uno de mes o en su defecto, un lunes tempranito.
Caso aparte son las dietas que tienen además, despedida oficial en plan :
-"Cari, mañana empezamos la dieta. Ve pidiendo cuatro pizzas al Telepizza que estoy terminando con el chorizo de Monesterio que nos trajo tu cuñado".
A mí el año que las clases empezaban un miércoles me daba mal rollo y efectivamente, terminaba siendo un annus horribilis académicamente hablando en el que los insuf superaban a los suf (ni hablemos de los añorados not o escurridizos sob). Pero si los astros se alineaban a mi favor y el día del reencuentro con el odiado pupitre resultaba ser un lunes... entonces mis notas competían en laureles con las de Calton Banks o la niña mediana de los de Modern Family. Así sí se empiezan las cosas; un lunes, a las ocho y media de la mañana. Con la fresquita.
Es una manía que me da ciertas satisfacciones porque por ejemplo, si pienso un martes día 2 de marzo en que tengo que ir al gimnasio urgentemente, en el fondo mi hermoso y listo cuerpecito sabe que me queda casi un mes para seguir estirada en el sofá sin malgastar ni una gota de sudor ni desprenderse de ningún gramo querido. O dos meses si casualmente se me olvida ir a hacer la matrícula el 1 de abril. Ohhhhh.
Y la verdad es que me va bien así. A mi Querido lo conocí un día uno, iniciamos un mes de agosto viviendo juntos y engendramos a nuestras niñas en lunes, cuarenta semanas antes de un día uno de mes. Estaba todo calculado pero ellas han sido rebeldes desde el útero materno y decidieron salir en miércoles. Por más que les pedí por valija interna que se quedaran un ratito más en la placenta y de que les intentara chantajear con que su primer aspito se lo daría a los cuatro meses, nada, no hubo forma. Era su manera de hacerme ver que a partir de ese momento, mis preferencias quedarían relegadas a un enésimo plano. Y yo lo entendí, un lunes por cierto.

- "Nena, me estoy quedando seca; ¿otro gintónic?" - dijo Ana poniendo su copa boca abajo por si no había logrado descifrar su complejísimo mensaje.

Había quedado con Ana porque necesitaba hablar con alguien que comprendiera exactamente mi situación. No me servían los "me pongo en tu lugar" de mi Querido, ni los "piensa en tu salud" de mi madre, ni los mensajes en las cajetillas de tabaco con fotos brutales que a fuerza de verlas en la televisión se habían vuelto invisibles. Ana había sido fumadora altamente cualificada durante quince años de su vida y de pronto, un buen día apareció oliendo a colonia fresquita y con la piel renovada. Y Ana cambió; empezó a no perderse medias conversaciones por tener que salir fuera del restaurante cada media hora; empezó a disfrutar de la segunda mitad de la película en el cine sin pensar en cuándo acabaría aquella tortura de ver fumar hasta al apuntador y tener que esperar una hora más; empezó a distinguir a sus hijos por el olor de su pelo; empezó a besar a su marido más a menudo, a sus hijos, a los hijos de sus amigas; empezó a ser libre... y a oler bien. Y a gastarse en libros lo que ahorraba cada semana, a saborear la comida, a respirar hondo, a curarse un constipado en tres días, a no temer porque sus hijos le copiaran el gesto, a notar que su cuerpo se lo agradecía de mil maneras.

-"¿Qué fue, Ana? ¿Qué te impidió encender el primer cigarrillo aquella mañana?"- le pregunté esperando la revelación divina, las palabras mágicas que me harían repudiarlos, romperlos, tirarlos a la basura nada más oirla.
Ana me miraba entre contenta y divertida.
-"No hay mucho que contar. Sólo fue amor, amor por mis nietos."- dijo. Y siguió mirándome de aquella manera desesperante.
-"No digas tonterias, ¡tú no tienes nietos!"-contesté enfadada por su resistencia a compartir la piedra angular del futuro exfumador
- "No los tengo, pero los quiero tener, quiero conocerlos, quiero quererlos y que me quieran, quiero llevarlos a parques, quiero que vengan a comer los domingos, quiero malcriarlos y sobre todo, quiero estar"- dijo. Y callé durante cinco largos minutos.

Salimos del bar un domingo a las doce menos cinco de la noche. Abrí mi cajetilla de tabaco y me encendí un cigarrillo. Caminamos hacia mi casa y apagué la última colilla que tendría entre mis dedos, justo cuando el reloj de la farmacia marcaba las doce de la noche.


Nota de la escritora: Mañana es lunes, 12 de agosto de 2013. Buen día para empezar a ser exfumadora. ¡Qué la fuerza me acompañe!




8 comentarios:

  1. Cariño, hasta ahora TODO lo que te has propuesto lo has logrado... Por supuesto, esto no va a ser una excepción. No tengo la menor duda!!! Mucho ánimo. ¡¡¡TE QUIERO!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A cabezona no me gana nadie, eh? Vamos a por ello! What else!

      Eliminar
  2. Oleeee mi niña! Te apoyo a tope!! Y sabes? Yo también lo dejé de una forma radical. En un viaje a Berlín, estábamos sentados en el césped frente al Bundstag, saboreaba un piti mientras admiraba la grandiosidad teutona y me cagaba en la nube de Gargamel que amenazaba lluvia y dije a mis amigos: "este va a ser mi último piti". Y dicho y hecho. Volví a Madrid con cero cigarrillos y la fuerza de voluntad suficiente como para empezar una nueva etapa :)

    Así que YES, WE CAN!!!! ^^

    Me descojonado con tu entrada, por cierto. Me encanta que seas tan maniática, a mi me pasa algo parecido con las fechas y los números. Quise con todas mis fuerzas que el gordo naciera un 12 del 3 del 12 (capicúa), pero no pudo ser, snif :((( ¡Se rebelan pronto estos (jodíos) críos! :P

    Mil besos, muaaaaa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay Endor, cómo me gusta leerte como experimentada ex! Hay que hacerlo y cualquier día tiene que ser bueno, no? Preparados, listos, ya! Ahora a por Eli ;)
      Besazo gordo cariño mío! Y descansa muchísisisisismo estas vacaciones que a la vuelta tenemos trabajo! Yujuuuuuuu
      WE CAN!!!

      Eliminar
  3. Claro que sí, pequeña, ¡vas a conseguirlo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. SÍ, SÍ, SÍ, SÍ, SÍ, SÍ... Esta es la definitiva... no? ;)

      Eliminar
  4. NO me cabe la más mínima duda de que vas a pasar página...por ti, por ti y por ti. Los ddemás, de una manera u otra, seguiremos estando ahí...
    Besos

    La vecina del 4D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues por mí y por todos mis compañeros y por mí primero, vecina!! Pero pienso sobre todo en las niñas y es lo que más me motiva, eso es así, cada uno que se busque su motivación personal e intransferible ;)

      Besazos
      La vecina del 3B

      Eliminar