HORA DE DORMIR
A
mí no me gusta dormir, esa es la verdad.
Mi mamá dice que ya parecía una mariposa inquieta cuando estaba en su
barriga. Yo sé que lo hacía porque me
gustaba hacerla reír y sabía que cuando me notaba nadando dentro de ella, se
paraba, tocaba su barriga con las dos manos y sonreía. Yo la notaba feliz y a
papá también. Mamá siempre le decía: “-¡Mira cariño, la niña se está moviendo!
Pon la mano aquí, ¿la notas…?” Y papá también sonreía.
Luego se abrazaban y llegaba a mí un calor tan agradable que me quedaba dormida
un ratito… hasta que me despertaba y quería más calor, más sonrisas, más manos
sobre mí.
Después,
cuando nací, me di cuenta de que donde mejor se estaba era en el regazo de
mamá. Ella me envolvía en una manta calentita y se sentaba en una butaca blanca
que se mecía hacia adelante y hacia atrás. Unas veces me cantaba canciones,
otras me contaba cuentos y algunas veces me relataba muy bajito todo lo que
habíamos estado haciendo en el día. Entonces yo cerraba los ojos y me dejaba
llevar por su voz. La escuchaba entonar
historias que me arrullaban y me llevaban, envuelta en un manto de pura magia, a bosques sembrados de
nubes, a jardines habitados por hadas, a montañas surgidas de besos.
A
mí no me gusta dormir. No me gusta si no escucho antes su voz hablándome bajito,
como en susurros.
Cuando
se acerca la hora de dormir, papá juega conmigo mientras me baña. Hacemos
helados de espuma y a veces, él hace muchas pompas de jabón. Hay tantas, que
parece que esté nevando en el baño. Yo las voy recogiendo en un cubo y me las vierto
por encima para que me hagan cosquillas. Luego, ellas desaparecen como por arte
de magia.
Después
me siento en mi silla a esperar la cena. Me gusta juntar las manos alrededor de
la nariz y respirar el olor del jabón, de las pompas… y entonces me doy cuenta
de que me empiezan a pesar los párpados y de que igual mamá tiene razón y estoy
una pizquita cansada.
Y
por fin, después de cenar, viene lo mejor de todo: el cuento de los Dulces Sueños. Dice mamá que se lo
inventó una noche que ni las canciones, ni los cuentos de siempre lograban
ayudarme a dormir. Así que ella empezó a contarme lo que le ocurrió a la Luna Lunera aquella
noche en que se le olvidó plantar estrellas.
Resulta
que la Luna Lunera
tenía un jardín inmenso en el que plantaba estrellas. Por la noche ella se
quedaba despierta para velar por sus pequeñas estrellas, hasta que se hacía de
día y llegaba el sol para darles calor y que crecieran hermosas. Así noche tras
noche, día tras día, la
Luna Lunera y el Sol cuidaban de las estrellas. Cuando se
hacían lo suficientemente grandes como para iluminar el cielo entre todas,
ellas solitas se iban del jardín dispuestas a cumplir su misión. Pero una noche,
la Luna Lunera
se quedó dormida y no sembró nuevas estrellas. Cuando llegó el día, el Sol la
despertó muy preocupado porque no había ninguna estrella en el jardín a la que
dar calor. ¡Pobre Luna Lunera!. Todo el día estuvo llorando porque sabía que
esa noche no habría estrellas iluminando el cielo. Pensaba y lloraba, lloraba y
pensaba, hasta que de pronto se le ocurrió una idea.
Llegó temprano al jardín y plantó todas las estrellas.
Después, al hacerse de noche, la
Luna Lunera abrió mucho la boca y comenzó a aspirar todo el
aire que pudo. Y así se empezó a llenar de él, hinchada como un globo blanco y
brillante. Aspiró y aspiró hasta que se quedó redonda, inmensa, repleta de luz.
Y ella sola iluminó todo el cielo aquella noche. Y era tan bonita aquella luz,
que muchos se enamoraron bajo ella. Hubo quienes escribieron los poemas más
bellos esa noche y hasta hubo algunos bebés que decidieron nacer en aquel
momento para no quedarse sin verla. Tan maravillados estaban todos, que le
pidieron a la Luna Lunera
que saliera alguna vez a acompañar a sus estrellas. Y por eso, algunas noches,
se puede ver en el cielo a la
Luna llena.
Y
colorín colorado, este cuento se ha acabado
Y
mi niña pequeñita, dormidita se ha quedado.
Preciosoooooooo. Mañana se no cuento a Ale. Mil besos
ResponderEliminarMe encanta...besitos
ResponderEliminarFíjate si me ha gustado que hasta yo me he quedado dormida!!!! y aun me quedan horas de jornada domésticolaboral......
ResponderEliminarLa vecina del 4D
Precioso Bego... esta noche se lo cuento a mis peques, seguro!
ResponderEliminarBesinos
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