sábado, 25 de mayo de 2013

Doctora Amor

     Siguiendo con la tónica de confesiones a la que me estoy acostumbrando, hoy descubro, en absoluta primicia mundial, que soy médico de vocación. 
     ¿Sorprendido? Entonces es muy probable que no tengas la suerte o desgracia de conocerme en persona porque seguramente ya lo habrías sospechado en el minuto uno.
     La cosa es como sigue:
   De pequeña fui una niña muy guapa (sí, los cuerpos se estropean una barbaridad), muy lista (sí, los cerebros se estropean una barbaridad) y muy visitadora médica. Me pasaba el día con amigdalitis, bronquitis y faringitis, por eso no me crié con teta, ni con bibe. Me crié con Ardine. Iba tanto al otorrino que terminé llamándole papá. Le cogí tanto cariño que prometí ponerle a mi primogénito Luis... también se lo dije a ver si con eso se animaba, se ligaba a mi madre y me ahorraba los viajes a la consulta. Pero por mucho que yo le decía a mi madre : -"mira mami, mira que bien me mira las amígdalas Don Luis, acércate"- buscando como la niña avispada que era, el choque de sus cabezas, el encuentro de sus ojos, el roce de sus manos mientras yo me aguantaba las ganas de echar hasta la primera papilla por el palito de los coj..., no había nada que hacer. Se ve que el pobre salió huyendo de la hijita coñazo que venía en el lote con la rubia (que era mi madre, para mas señas). 
     Cuando tuve uso de razón, razoné que lo más lógico, teniendo en cuenta la orientación sexual de Don Luis (¿pero tú has visto bien a mi madre?), era que yo misma estudiara medicina y me comprara un buen espejo de aumentos para diagnosticarme mis itis varias. 
     Mi madre, después del disgusto de la salida del armario de Don Luis, se puso muy contenta con eso de tener una hija médico, con su bata y su fonendo pegado con superglú al cuello a la hora de salir a desayunar, que es una manía que tenemos los facultativos reales y los imaginarios como yo. 
     De niña enfermiza pasé a adolescente hipocondríaca. He llegado a tener una bola del tamaño de una pelota de tenis alojada en mi garganta. Y por más que le decía al ya casi anciano de los nervios Don Luis, que mirara bien con la cámara por mi faringe, allí no había nada. Al final me diagnosticaron hipocondría de nivel veintisiete, que es el máximo al que ha llegado un ser vivo hasta el momento.Después de eso, Don Luis se mudó a Pernambuco.
     Como buena hipocondríaca, he sido fiel lectora de publicaciones médicas. Para Reyes todos los años pedía el Vademecum actualizado porque me ahorraba mucho tiempo a la hora de que un médico me recetara algo y yo decirle:
         -" Pues no, este medicamento está descatalogado desde esta mañana. Mejor me tomo un fistroduodenal en la comida y la cena durante siete días y vuelvo cuando haya terminado el tratamiento".
     Luego vinieron Hospital Central, Urgencias, Anatomía de Grey (hombre, tú por aquí!)... y mi dios: House. Aquí es donde de verdad he aprendido casi todo lo que sé de medicina: a poner tres miligramos de adrenalina, viente unidades de diazepán, a usar un desfibrilador, a doscientos, fuera!, otra vez, a doscientos, fuera! y a decir lo de "hora de la muerte tal y cual". También he aprendido mucho sobre el vicodín, pero tampoco lo voy a contar todo aquí; si acaso lo haré en una revista médica.
     Con tantas enfermedades, visitas a Don Luis, hipocondrías varias y enganches televisivos, he conseguido una cultura más que notable en este tema: puedo decirte, con sólo mirar la parte del cuerpo de la que adoleces, al especialista médico al que tienes que visitar. Y no sólo eso, te puedo dar hasta los teléfonos de los tres más afamados por orden alfabético.

     Y a estas alturas, te preguntarás: ¿Y qué pasó?, ¿por qué eres una mágnifica escritora y mejor persona y no una ilustre doctora experta en todas las enfermedades posibles?. Pues muy sencillo, te lo voy a explicar.
     Cuando ya tenía el boli preparado para poner "Medicina" en la solicitud de la Universidad, viene un amigo cortarrollos y me dice: 
       - " Oye tronca (le llamábamos el desactualizado), ¿pero tú sabes que las prácticas se hacen con personas finadas que han donado su cuerpo a la Ciencia?"- y se fue por donde había venido porque se ve que era una pregunta retórica.
     Uy, uy... eso era un problema para mí, porque conociéndome como me conozco, seguro que les cogía cariño, me ponía a investigar sobre su familia, contactaba con ellos, organizaba un viaje a Boston  (Massachusetts) para darle el pésame a su prima segunda... en fin, un follón. 
     Bueno, eso, y que no me daba la nota para entrar.
     Pero vocación, como la que más.
    Así que he seguido investigando, observando a mis niñas en cada proceso vírico (es mi especialidad), aconsejando a mis amigas y a la gente con mala cara que veo por la calle... 

    Ya ves, soy uno de esos casos raros que sobresale tanto en las Letras como en las Ciencias... aunque me se da mejor escribir.


9 comentarios:

  1. Jajajajajaja, XDDD. Ese Don Luis se fue por patas por tu cansinez, nena, jajajajajaj

    Doy fe de esos vastos conocimientos en medicina de nuestra Behaus particular. ¿Qué seríamos de nosotras sin tus apreciaciones médicas wassaperas? Yo nada, desde luego.

    Como te he dicho hace escasos minutos, me fío más de tí que de mi pediatra :)

    Y hasta ahí puedo leer.

    Siempre tuya,

    Fina (y segura ^^)

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  2. ¿Tú crees que me convalidarían algo? jajajaja Aisn mi Endorfina, saliendo al rescate de mi malograda vida bloguera! Gracias amore, aquí me tienes siempre dispuesta a mandarte al pediatra a la primera fecrícula ;) Besos, guapura!

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  3. Me emociona tu prosa! y más aún cuando compruebo la jocosa maravilla en la que puedes convertir nuestros dislates guasaperos. No sé si te convalidarán en Medicina, pero cada día te acercas más al Nobel!

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    1. Hijaaaaaaaa mía, hoy me tienes con la moral en el mismito cielo. Gracias amore... por dejarme formar parte de tu mundo, sobretodo ;)

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  4. Jajaja ¡cómo me he reído! ¡Qué grande eres guapa! Así sí se empiezan bien los lunes : )

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    1. Ya te digo, leyendo estas cositas tan preciosas que me dejas por aquí ,) Beso!

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    1. Gracias preciosa! Y a mí que te pases por aquí ^^

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